La utopía de aprender por televisión

Por: China Camarena.

Imagina que tienes 11 años y te llamas, no lo sé, Ariel. Eres originario de Oaxaca, pero no vives en la ciudad, sino en en una zona rural. Tienes otros tres hermanos con los que caminas un promedio de dos horas diarias para llegar a tu escuela. Cuando regresas a tu casa, el problema no suele ser que el Wifi no llegue a tu cuarto, sino que ese día haya agua y comida suficiente para ti y tu familia.

Llega la pandemia. Las autoridades recomiendan quedarse en casa para mitigar contagios. En un principio te alegras de que las clases se hayan suspendido, ¿a quién no le viene bien un descanso? Marzo, abril, mayo… ya extrañas a tus amigos y quién lo iba a decir, hasta a tu maestra. Acontecimientos históricos a la mitad, problemas matemáticos sin resolver. La idea del cese de clases cada día te parece menos divertida.

En este contexto, es válido asumir que las clases en línea, no son y quizá nunca fueron una opción para Ariel. De hecho, a mediados del año pasado la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) exhortó a las autoridades de nuestro país a reducir la brecha digital que se vislumbraba en ciertas entidades como Chiapas, Oaxaca, Tlaxcala y Puebla, expresando su preocupación por el notable ascenso de las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC) y el reducido porcentaje de usuarios de internet que existía en dichos estados. Así que no, Ariel no podía seguir sus estudios por Zoom.

Ahora bien, teniendo en cuenta que un número importante de mexicanos es acreedor de por lo menos una televisión en su hogar (el 92%), podríamos pensar que la iniciativa de impartir clases en televisión que la Secretaría de Educación Pública recién anunció, es la opción ideal para familias como la de Ariel, sin embargo, hay varios matices que creo importantes considerar.

Recordemos que él tiene otros tres hermanos, por lo que de entrada, tendría que ‘compartir’ el televisor para ver sus clases, ¿quién tiene derecho a usarlo? ¿a quién se le niega? Ahora, suponiendo que la logística de distribución de clases y horarios sea magnífica y permita que los cuatro pequeños tomen sus clases, ¿qué pasará con el hermano más pequeño de Ariel, aquél que antes de la pandemia se encontraba en proceso de aprender a leer y escribir? ¿El televisor contestará sus dudas y guiará el proceso?
En entrevista para esta columna, una persona del Gobierno de Oaxaca, quien pidió mantenerse en el anonimato y a quien para fines de esta nota llamaremos Rafael, dijo que aunque hasta el momento las autoridades del estado se han alineado con la el gobierno Federal, sí considera que la educación en el estado puede sufrir graves estragos si no se atiende a la población vulnerable que hoy no cuenta con el apoyo para dar continuidad a su proceso educativo.

“Creo que es una moneda al aire (impartir clases por televisión). En Oaxaca hay muchas localidades y poblaciones que no cuentan con servicios básicos, y que por lo tanto, carecen de medios de comunicación” explicó Rafael. Asimismo, el oriundo de la región de Cuenca de Papaloapan, dijo que también existe una resistencia por parte del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) del estado, en adoptar  el modelo híbrido que la Secretaría de Educación impone. “La SEP no se está tomando en cuenta las realidades de la población mexicana, sus condiciones” dijo.

Es verdad que la estrategia de la Secretaría de Educación parte de un momento de crisis, y que por tanto, se trata de una alternativa para que ‘la mayoría’ de niños puedan continuar sus estudios y no mermar su aprendizaje. Sin embargo, no podemos seguir pensando exclusivamente en términos de mayorías. No cuando se trata de temas tan importantes para el desarrollo individual y colectivo, como la educación. Hacerlo solo hace que sigamos dando espacio al auge de grupos vulnerables que hoy se consideran minorías. Minorías que histórica y erróneamente, se ha creído que está bien dejar de lado ‘porque son poquitos’. Pero a veces nos olvidamos que aun siendo poquitos, esas personas también sueñan, y en muchas ocasiones, solo lo hacen con tener una vida digna.

No dejemos que la apabullante mayoría nos impida dar cuenta que existen muchos niños que como Ariel, aun no tienen una alternativa por parte del gobierno  para seguir descubriendo, aprendiendo, soñando, estudiando.

Leave a comment